Históricamente existió la gran pregunta y duda sobre cómo impactaría la agricultura de precisión (AP) en el sistema agropecuario, como así también en los puestos de trabajo que podría dejar afuera, dado que se empezaba a visualizar un mayor nivel de automatismo de la maquinaria existente. En el año 1999 por ejemplo, la gente debatía sobre cómo el banderillero satelital estaba reemplazando a la persona que marcaba el ancho de cada pasada de la pulverizadora. El paso del tiempo fue demostrando que esta tecnología ha ido logrando aumentar el trabajo en el sector agropecuario. También comenzaron a aparecer empresas de tecnología, otras que brindan servicios para que los equipos funcionen a campo, como así también en la propia industria relacionada al agro. Se calcula que la robotización brindará mayor cantidad de trabajo al actualmente existente y algunos estudios mencionan que se multiplicarían por 4 los puestos de trabajo.
Argentina desde el año 1996 hasta el 2001 fue un país donde se comenzó a probar la AP y fuimos meramente importadores de tecnología básicamente desde EEUU. Estas pruebas consistían en ensayos donde se podía demostrar la rentabilidad en la utilización de estas herramientas. Posteriormente al año 2001 y con la crisis de ese momento, muchas empresas argentinas comenzaron a producir tecnología de AP nacional y realmente fue un boom productivo y de crecimiento en equipamientos innovadores no solo para nuestro país, sino para el mundo. Se lograron productos que en ese momento no existían y empresas argentinas fueron las que marcaron el paso de la evolución de la AP a nivel mundial.
Luego de varios años de crecimiento en AP – aproximadamente en el año 2012 – se ingresó a una meseta donde el resto de los países siguió creciendo y Argentina quedó con poca expectativa de innovación. Hoy muchas empresas están buscando la manera de innovar y salir de la coyuntura para lograr un producto que revolucione nuevamente al sistema agropecuario.
En la actualidad una empresa de nuestro país, ha logrado el robot multipropósito el cual pienso que será la herramienta que revolucionará la agricultura a nivel mundial. Este robot posiblemente será presentado en una de las muestras agropecuarias de nuestro país en el mes de marzo 2020.
Hay que destacar en la historia de la AP un punto muy importante para tener en cuenta en los futuros desarrollos, la mayor cantidad de ventas se daba en productos de fácil puesta a punto y simplicidad de trabajo, independientemente del precio, ej: un monitor de rendimiento costaba 8.500 dólares y se vendía menos que un piloto automático que costaba 20.000 dólares. Esto a su vez, no solo hacía que los usuarios lo utilicen y entiendan, sino que lo difundan entre sus pares porque sentían que entendían el trabajo que se realizaba y veían la solución rápidamente y sin tantos análisis posteriores. Otro punto que determina hacia dónde se debería encarar el desarrollo, es que si leemos el dato que difundió el censo agropecuario 2019 decía que menos del 10% de los productores adoptaron la AP en su totalidad (que usaban software más herramientas de AP, entre ellas la aplicación variable de insumos). Teniendo en cuenta estos datos es que se avizora un futuro para herramientas o maquinaria que resuelvan los trabajos prácticamente solos en tiempo real y en situaciones muy diversas como las que se dan a campo con la inspección de personal en el lugar, como también por vía remota.
También hay que tener en cuenta los costos de la maquinaria agrícola actual, que cada día se incrementan más y se llevan mayor porcentaje de los costos del productor agropecuario. Las labores de pulverización, siembra, fertilización, uso de tractor, hoy pueden ser reemplazadas por un robot con mejores prestaciones. Como así posiblemente en el corto plazo también pueda ser un robot cosechador. Este sistema no solo nos permite pensar en darle mayor competitividad a los productores actuales, sino en incorporar aquellos que quedaron fuera del sistema por costos y por tener pocas hectáreas.
Según el Ing. Agr. Ricardo Garbers con un supuesto análisis imaginario (dado que no hemos podido llevar a cabo las pruebas a campo con los robots con sus diferentes herramientas multiusos), pero teniendo en cuenta la maquinaria actual convencional y comparándola con las aplicaciones robotizadas, se podría llegar a la conclusión que la robótica lograría bajar los costos un 62%.
Con la aparición de la robótica indefectiblemente nos vemos en un cambio total de paradigmas en la producción agropecuaria actual, llevando a un sistema que nos permita mayor competitividad global y al logro de productos que hoy no se alcanzan con facilidad.
Productos con una trazabilidad única dado que todo queda grabado centímetro a centímetro, con relevamiento de datos cada día más complejos, con automatismo y visión artificial que decidirá solo las actividades a realizar. Se podrán integrar de manera mucho más simple las aplicaciones innovadoras al sistema de software que permitirá contar con expertos que colaboren para que cada campo se acerque a la manera ideal de producir. Si estas tecnologías son bien pensadas e integradas en un sistema accesible, se puede decir que estamos ante la generación de conocimiento más rápida de la historia para el campo.
Hoy la robótica que se puede observar en otros países, hasta el momento no tiene el concepto como la que se está desarrollando en Argentina. La nuestra apunta a un robot multipropósito y donde existe un módulo que se cambia (siembra, pulverización sin deriva y solo a las malezas, kit de herramientas para control mecánico de malezas, fertilización al voleo, fertilización incorporada, entre otras acciones), este sistema se independiza del uso del tractor y son de accionamiento eléctrico. A grandes rasgos, se puede decir que con un solo chasis robótico se puede transformar en diferentes tipos de maquinaria. El costo podría rondar en la mitad del costo de una sembradora de 16 cuerpos y puede ser utilizado en tantas opciones como quiera adaptar el contratista o productor.
Con este nuevo concepto, creo que Argentina se vuelve a posicionar en un país productor de tecnología de avanzada para el mundo y puede imponer un nuevo sistema de producción agropecuaria. Al modelo productivo hay que agregarle inteligencia para poder cambiar la relación de producción de granos que generan en su mayoría alimento para animales o para ser convertidos en biocombustibles. En otros países se diferencia el precio de los alimentos para consumo humano. Desarrollar soluciones para lo que necesita el mundo creo que es más factible con sistemas robotizados. Italia ya posee más del 14% de alimentos orgánicos que son solicitados por un alto porcentaje de su población.
Las exportaciones del agro actualmente son la fuente de dólares más importantes del país, pero sin dudas el futuro no serán los commodities si uno ve lo que sucede en países desarrollados. Países muy chicos en superficie tienen mayor PBI que Argentina y justamente no producen commodities.
Se pueden observar muchas personas aisladas o no tan aisladas que visualizan cambios tecnológicos muy grandes, pero nadie puede terminar de darle un sentido práctico y de cómo repercutiría en el mayor ahorro y por consiguiente mayores réditos económicos para los productores, industriales y para el país. Sería muy interesante para nuestro país, poder contar con departamentos público privado de inteligencia artificial y de generación de tecnología para el campo, para que muchas empresas no terminen quedándose en el camino.
Pienso que los productores en pocos años tendrán un robot en su campo, como así también se generará un nuevo modelo de contratista basado en la robótica. Hoy un contratista que calibra un monitor de rendimiento, pone a punto un sistema controlador de malezas diferenciado, trabaja con piloto automático, entre otros. Este prestador de servicios será capaz de lograr hacer andar un robot con ayuda de un centro de consultas y algunos videos instructivos de ayuda.
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